La alcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro, ha presentado esta mañana el documento definitivo del nuevo Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad, sobre el que ha declarado que será un instrumento de desarrollo económico, ya que se ampliará en un 36 por ciento el suelo industrial, permitirá un crecimiento ordenado del Casco Urbano y el desarrollo de las diputaciones.
La primera edil ha comparecido junto al concejal de Urbanismo, Joaquín Segado, para anunciar que el lunes arranca el proceso de aprobación del Plan con su remisión a la Dirección General de Costas para que elabore un informe vinculante, en plazo de un mes, y continuar así con el trámite administrativo. Para dar la mayor transparencia al proceso, el plazo de exposición pública será de tres meses, en vez de uno, de manera que se puedan presentar alegaciones.
La propuesta final establece como no edificable más del 71 por ciento del municipio e introduce la calificación de no urbanizable en 20 millones de metros cuadrados en la ribera sur del Mar Menor.
La reserva de suelo industrial pasará de 28 a 38,5 millones de metros cuadrados y se generará un gran pasillo de suelo para empresas que unirá el polígono de Cabezo Beaza con el de Los Camachos, aportando 9 millones de metros más de suelo.
En esta línea, las diputaciones de El Albujón, La Palma y La Aljorra dispondrán también de bolsas de suelo destinadas para la consolidación y ampliación de sus polígonos industriales. En cuanto al Valle de Escombreras, con este plan amplía en 2 millones de metros cuadrados su superficie industrial.
DISEÑO URBANO PARA UNA 'GRAN CIUDAD'
En el diseño urbano de Cartagena se ha mantenido la idea expuesta en el avance según la cual era necesario romper con el crecimiento irregular del casco urbano impuesto por la vía del tren y potasas. El Plan permitirá el crecimiento urbano hasta el límite que establecen la autovía Cartagena-Murcia y la circunvalación de la Cartagena-Vera, por el norte, y la ciudad se extenderá hacia el este, sobre Potasas y en el camino hacia La Unión.
Con todo esto, el Plan habilita suelo por una extensión de 16,6 millones de metros cuadrados (el plan vigente, de 1987, recogía 17 millones de metros) donde se prevé la construcción de 96.000 viviendas, de las cuales el 30 por ciento, tal y como establece la ley, serán de protección oficial.
El Plan General prevé la creación de nuevas carreteras y vías de gran capacidad que terminarán con los problemas de acceso y circunvalación de algunos barrios y que mejorarán sustancialmente las salidas y entradas al casco y la comunicación entre zonas del municipio.
Se apostará por accesos a la ciudad por grandes avenidas propias de una gran ciudad. Una será la primera línea de fachadas del barrio de San Antón de manera que se pueda configurar una prolongación de la Alameda de San Antón hacia el norte. Esa concentración de edificabilidad permitirá esponjar el núcleo actual del barrio del barrio y hacer que se abran espacios para parques y plazas para mejorar su habitabilidad y su calidad de vida.
Lo mismo se propone tanto para la futura prolongación del paseo de Alfonso XIII de hacia el este -sobre los antiguos terrenos de potasas-, como para la conexión del casco urbano hacia La Unión. Se abrirán dos grandes avenidas en la que podrán emplazarse edificios altos en una primera línea de fachada y se diseñará una urbanización dominada por amplias plazas y jardines. Ese debe ser el espacio para edificios realizados con la arquitectura del siglo XXI y con características urbanas propias de la gran ciudad que ya es Cartagena.
Otra novedad que se propone en el plan es crear una fachada marítima en Santa Lucía. Se protegerá y potenciará la identidad del barrio tradicional, con su actual trazado de calles y los edificios de pequeña altura. Esa nueva fachada marítima, que arranca en Héroes de Cavite, está llamada a incorporarse plenamente a la ciudad en un futuro en cuanto sea posible trasladar las actividades portuarias.
Las diputaciones del municipio podrán crecer en la misma proporción en que lo hará el casco urbano y, de esa manera, se garantizará la permanencia de su población y la disposición de polígonos y zonas comerciales propias.
PROTEGER LA COSTA
En lo que se refiere a la costa, el documento recoge el compromiso propuesto al Pleno por el gobierno Popular y aprobado con los votos de Partido popular e Izquierda Unida Los Verdes de mantener como no urbanizables 20 millones de metros cuadrados en la ribera sur del Mar Menor, es decir, todos los de la zona que no eran edificables antes de noviembre de 2006.
Las únicas zonas costeras urbanizables que se mantienen en este plan están orientadas hacia el Mediterráneo, se encuentra en Cala Reona y La Azohía e Isla Plana son de baja densidad y no suman más de 2,3 kilómetros de costa, es decir el 1,2 por ciento de toda la costa cartagenera.