Greenpeace denuncia vertidos tóxicos en la bahía de Cartagena con pancarta submarina

Murcia, 20 jul (EFE).- Buceadores de la organización ecologista Greenpeace protestaron hoy contra la contaminación de la bahía de Cartagena procedente de vertidos tóxicos de las industrias del valle de Escombreras colocando la pancarta con el lema "Cartagena Alarma Tóxica" junto a una de las tuberías subacuáticas que los liberan.

Según informan en un comunicado los activistas, los numerosos emisarios submarinos de la zona "alejan la contaminación de los ojos de los ciudadanos", pero "el grave impacto que generan los vertidos ha llevado a Naciones Unidas a señalar a Cartagena como punto negro prioritario de contaminación, y a la Agencia Europea del Medio Ambiente a destacarla como punto de alarma" por la misma razón.

Según sus datos, el complejo petroquímico de Cartagena refina más de cinco millones de toneladas de crudo al año, lo que arroja al mar productos muy peligrosos, como benceno, tolueno y xileno, así como metales pesados, como cadmio, cromo, mercurio, cobre, plomo y zinc (139,7 kilos al año), fenoles (23,3) o nitrógeno y fósforo (23.821), cuyos límites están "muy por encima" de los recomendados.

En el caso del mercurio, el 28,9 por ciento del que se vierte directamente al Mediterráneo en España llega desde Cartagena, denuncia Greenpeace en su nota.

Además, en la zona realizan vertidos otras industrias, como Izar Astilleros, Fertiberia y tres centrales térmicas de cogeneración, entre otras, "altamente contaminantes y que vierten mediante emisarios submarinos sus residuos líquidos a las costas murcianas".

Estos vertidos son para Greenpeace especialmente preocupantes porque se producen cerca de un espacio protegido de la red Natura 2000, como es la franja litoral sumergida de la región de Murcia, declarada por la Unión Europea Lugar de Importancia Comunitaria por sus valores marinos.

Por todo ello, el responsable de la campaña de contaminación de la organización ecologista, Julio Barea, juzga "imprescindible realizar un estricto control de los vertidos industriales en el puerto y tener especial cuidado en las operaciones de dragado para la gestión posterior de esos sedimentos extraídos, que nunca deberían volver al mar". EFE

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