La prestigiosa artista francesa Sophie Calle muestra su retrato de la sociedad americana en Los Ángeles dentro de La Mar de Músicas

La exposición con cuarenta piezas, una foto y un texto estará en la sala La Naval

Dentro de la creación francesa y universal de las tres últimas décadas brilla con luz propia Sophie Calle (Francia, 1953). Desde su referencial debut internacional con The Sleepers, en 1979, su voz fuerte y coherente ha marcado las directrices de un determinado arte en el que lo biográfico es una razón para reclamar un espacio, un territorio como mujer. Más allá de lo reivindicativo, su labor es consustancial al análisis de las últimas inquietudes del arte, desde el cuerpo al sexo, pasando por el dolor, tantas veces presente. La fotografía en blanco y negro, el vídeo, la instalación o la foto en color, utiliza magistralmente cualquier medio para lograr un fin de una intensidad abrumadora. En Cartagena, dentro del festival La Mar de Músicas, en un año dedicado a los sonidos y arte de su país, expone su retrato de la sociedad americana en Los Ángeles. La muestra que se inaugura hoy a las 20:30 horas estará hasta el 31 de julio en la sala La Naval.

Su trabajo es de esas líneas claras que generan caminos seguidos por generaciones completas de creadores. Sophie Calle ha logrado generar iconos. En determinadas producciones, como The Address Book de 1983, Bedroom de 1996 o True Stories, que recorre el amplio lapso de tiempo que va de 1988 a 2003, recala en la historia del arte, creando puntos de inflexión en determinadas tendencias, y por supuesto en el feminismo. Estas obras generan profundas reflexiones en artistas europeos y americanos, como Sarah Lucas. La serie que ella denomina Games and Ceremonies, y que incluye su celebérrima serie de Lápidas, es un icono para artistas tan significados como Santiago Sierra.

La profundidad de su propia imagen, convertida en artículo a utilizar dentro de sus series, es en sí misma síntesis de su trabajo, de su labor ética en la reivindicación de su posición, incluso de su derecho a no saber, a no querer saber su posición, o a despreciarla, si es su voluntad. Calle habla de lo complejo que es tomar el control de la propia vida en un mundo en el que una misma no es un pilar seguro e inamovible, sino que está a merced de tantas vicisitudes internas o externas.

La estrecha relación con Paul Auster, a través de su personaje María, en el libro Leviatán, es un referente en otra de sus series paradigmaticas, Days Under The sign of B, C & W. Esto la sitúa en un momento determinado y con unos lazos estrechos con un tipo de cultura que se desarrolla en Estados Unidos, donde ella genera parte esencial de su trabajo.

Buen ejemplo de ello es la relación entre las series The Bronx, de 1980 y Los Angeles, de 1984, que centra esta exposición.

En Julio de 1984 Sophie fue invitada a Los Ángeles quince días durante los Juegos Olímpicos, para crear una pieza relacionada con la ciudad. Decidió preguntar a la gente esto: ¿Si Los Ángeles es literalmente la ciudad de los ángeles, dónde están los ángeles?. A lo largo de cuarenta piezas, una foto y un texto sucesivamente, desarrolla uno de los retratos más intensos de una sociedad urbana y compleja sin atenerse a ningún patrón. En esta obra maestra los textos alcanzan la intensidad de las declaraciones de personas significadas de la sociedad Angelina, como Franck Gehry, o a perfectos desconocidos.

Los Angeles está considerada una de las grandes series de Sophie Calle, y como tal figuró en su exposición antológica celebrada en el Pompidou en 2003.

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