Una tesis doctoral vincula la corrupción empresarial con un aumento de certificaciones ISO 9001

Advierte que esto podría suponer una pérdida de confianza en esta normativa

La corrupción empresarial podría estar relacionada con un aumento de certificaciones ISO en aquellos países que tienen menor peso en la economía global. Ésta es una de las conclusiones a las que ha llegado la ya doctora por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), Olga Rodríguez, en su tesis sobre los determinantes de la implantación de la norma ISO 9001.

Rodríguez ha defendido recientemente una tesis, dirigida por el profesor Ángel Rafael Martínez, sobre esta norma internacional centrada en los elementos de administración de calidad que debe poseer una empresa para mejorar los productos y servicios que ofrece.

Tras revisar literatura relacionada con la certificación ISO 9001 y analizar los modelos de difusión de la misma, Rodríguez advierte que muchas empresas obtienen el certificado “solo como una forma de mejorar su imagen, y que por lo tanto, puede existir la tentación de obtener el certificado a un coste mínimo, sin ningún cambio real en el sistema de gestión de calidad de la empresa, es decir, haciendo un qualitywashing”.

Para ello aporta datos como que a finales de 2013, más de 1,1 millones de empresas en todo el mundo habían conseguido la certificación ISO 9001 y expone ejemplos de países como Alemania y España, líderes en este tipo de certificaciones. “Alemania en 2008 tenía unas 48324 certificaciones, mientras que España tenía 68730”, indica. Asimismo, afirma que se supone que el potencial de certificaciones de Alemania ha de ser superior al de España, al ser un país más rico, por lo que debe tener mayor cantidad de empresas certificables, algo que no ocurre así.

La doctora por la UPCT explica que la corrupción empresarial se podría dar en el caso de que la compañía pagara a profesionales independientes y les indujeran a modificar su valoración y a actuar de forma contraria a como deberían.  Además dice que también se podría incurrir en corrupción empresarial si se contrata a auditores de dudosa ética o es la propia empresa la que trata de engañar al auditor, ocultando información o falsificando registros, como forma de obtener la certificación a mínimo coste sin modificar la gestión de la empresa.

Considera que esto podría ocasionar “una pérdida de confianza” en la norma por parte del resto de las empresas.

Para evitar esta pérdida de confianza en la norma de calidad, Rodríguez plantea que la International Standardization Organization realice auditorías que garanticen que las empresas certificadas realmente aplican un sistema de gestión de calidad; pide a los estados que quieran fomentar la aplicación de la normativa que procuren que las organizaciones que habilitan a otras para que actúen de auditoras velen por su trabajo, que se impida que empleados de compañías auditoras sean sobornados y que los responsables de compras de las empresas evalúen  a sus proveedores teniendo en cuenta, entre otras cosas, quién es la organización que le ha otorgado el certificado y primar a aquellos auditados por organizaciones más prestigiosas.

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