Cartagena se ha convertido un año más en el mes de julio en el puerto cultural del Mediterráneo. Cine, arte, literatura y sobre todo música, mucha música han convertido el centro de la ciudad en un gran auditorio que ha acogido a Chile como país invitado, pero que ha recorrido los sonidos de otras culturas en estos 9 días. Con estas palabras de orgullo, se ha expresado hoy martes el concejal delegado de Cultura, David Martínez, al hacer balance de la 21ª edición de la Mar de Músicas, rueda de prensa en la que ha estado acompañado por el director del festival, Francisco Martín.
Desde el viernes 17 de julio hasta el sábado 25, el evento ha congregado en todas sus actividades a más 40 mil personas. Actividades que no paran de crecer años tras año, con nuevos escenarios y nuevos ciclos. El festival que tiene más de la mitad de actividades gratuitas, ha vendido el 85 por ciento de las entradas de los conciertos de pago y colgó 5 veces el cartel de todas las entradas vendidas.
44 conciertos programados, 10 películas proyectadas, 13 encuentros literarios, 8 exposiciones, 3 talleres infantiles son el total de las actividades que este año se han llevado a cabo en La Mar de Músicas dando a conocer, sobre todo, la cultura chilena en nuestro país, en el que fue, y según dijo el propio Embajador de Chile en nuestro país, Francisco Marambio, el mayor desembarco cultural que se ha realizado nunca de Chile en un país extranjero, recordaba el edil. 78 actividades que se pueden calificar de exitosas, dada la gran aceptación del público que ha participado en ellas.
En lo musical, La Mar de Músicas, vendió el 85 por ciento de las entradas de los conciertos de pago, colgando el cartel de agotadas las entradas cinco veces en los conciertos de Zaz, Quilapayún y Manuel García, Toumani Diabaté, Owen Pallet y Pascuala Ilabaca. Además el festival ha rozado el lleno con los conciertos de Jimmy Cliff, Lila Downs, Melody Gardot y La Pegatina.
El centro de la ciudad ha cobrado vida durante estos días, llegando a recibir a casi 15 mil personas el miércoles 22, día en que la ciudad celebraba, con el patrocinio de Repsol, La Barra Libre de La Mar, siete conciertos gratuitos en varios escenarios, como el Paseo del Puerto, Plaza San Francisco, Plaza del Ayuntamiento, y Catedral Vieja.
Esta edición se sumó un escenario nuevo al festival, el Somos de Aquí, donde cuatro grupos de la Región de Murcia presentaron sus propuestas. Dada la buena aceptación que ha tenido, La Mar de Músicas seguirá apostando por este escenario y lo potenciará en nuevas ediciones, al igual que ha pasado con La Mar Chica, que cada edición va sumando nuevos espectadores y ya congrega tres veces más de público infantil que lo hizo en su primera edición, aseguraba David Martínez.
El festival ha tenido en esta edición siete artistas que iniciaron su gira por España en Cartagena como Zaz, Melody Gardot o Lila Downs y otros siete que actuaron exclusivamente en La Mar de Músicas, como Quilapayún, Manuel García, Gino Paoli o una de las grandes sorpresas del festival Vaudou Game.
En cuanto al impacto mediático, la empresa, Kantar Media, encargada de valorar y medir audiencias, y a falta de que finalice el mes de julio, ha valorado que La Mar de Músicas ha tenido un impacto económico en los medios de comunicación de 4.600.000 euros y una audiencia de 300 millones de personas, con 8.470 noticias encontradas relacionadas con el festival.
Del festival aún quedan las exposiciones, que siguen abiertas hasta el 30 de agosto, excepto la de José Pedro Godoy que cerrará el 27 de agosto.
Para Francisco Martín, que tiene entre sus actuaciones favoritas las que se celebran en el escenario de La Catedral, buena parte del éxito de esta edición es la gran labor de producción que se ha llevado a cabo y que hay que agradecer a los técnicos de sonido, de iluminación, directores técnicos, etc, permitiendo que todos los conciertos se desarrollaran sin fallos y con total puntualidad. Además, resaltaba el director del festival el beneficio ecónomico que el evento supone para la ciudad, principalmente para el sector hostelero.
Y para el año que viene, aún está por determinar el país al que se dedicará la edición número 22, la idea es cambiar de continente, y trataremos de buscar patrocinadores, contar con más presupuesto y hacer un festival un poco mejor, anunciaba Martín.
