La CHS invierte 800.000 euros en la recuperación de la rambla de Peñas Blancas en Cartagena

Las obras han consistido en el aumento de la capacidad de desagüe del cauce, el refuerzo de los márgenes, la limpieza y revegetación de la zona y su acondicionamiento para el uso recreativo de los ciudadanos

La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ha invertido 807.000 euros en la rambla de Peñas Blancas, en el municipio de Cartagena, con el objetivo de mejorar la capacidad de desagüe del cauce, recuperar medioambientalmente el entorno y acondicionarla para el uso recreativo de los ciudadanos.

El presidente de la CHS, Miguel Ángel Ródenas, y la alcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro, realizaron hoy un recorrido para supervisar el resultado de las tareas, en una zona frecuentada a diario por numerosos vecinos que aprovechan la mejora integral del entorno para pasear y hacer deporte.

La actuación, cofinanciada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), se ha desarrollado en un tramo de 9,4 kilómetros, desde la diputación de Corona hasta Los Barreros, atravesando Molinos Marfagones, aguas arriba de la intersección con la rambla de Benipila, uno de los cauces principales del término municipal de Cartagena.

Las obras de estabilización y lucha contra la erosión de la rambla de Peñas Blancas que ha ejecutado el organismo de cuenca han incluido la eliminación de residuos acumulados y la revegetación del área con especies autóctonas.

Para contribuir a la integración social de la rambla, la CHS ha adecuado un camino peatonal de unos 500 metros de longitud entre los dos extremos del núcleo urbano de Molino Marfagones, en el que se han colocado elementos para la práctica de ejercicio al aire libre.

Freno a la erosión y mejora de la capacidad de desagüe

La rambla sufría un proceso de inestabilidad de taludes y de depósito de inertes que reducía la capacidad de desagüe y suponía un peligro en caso de avenidas, tanto por el derrumbe de los márgenes como por el arrastre de obstáculos. Su trazado es altamente sinuoso y forma enormes meandros de casi 100 metros de ancho, lo que se combina con tramos donde el cauce apenas tiene profundidad.

Para la estabilización de los taludes y el freno de la erosión se han colocado escolleras (refuerzos de piedras) y gaviones (similares a las escolleras, pero con una malla de contención), mientras que las zonas deprimidas que no son de importancia medioambiental se han rellenado con el material propio de la rambla.

La limpieza de residuos en el lecho y el talud de la rambla de Peñas Blancas se ha realizado principalmente de modo manual, aunque en las zonas próximas a los núcleos urbanos, donde se concentra el vertido de depósitos, ha sido necesario el empleo de maquinaria por la enorme cantidad de residuos acumulados. En estas áreas se han colocado paneles informativos y de prohibición del vertido de basuras y escombros para concienciar a la población de los beneficios que supone contar con una rambla limpia y para que el buen estado del cauce perdure.

La restauración ambiental y la revegetación se han acometido de forma selectiva y con especies autóctonas, para lo que previamente se eliminó la vegetación invasiva y alóctona. Para la mejora del drenaje se han dispuesto varias zonas de lagunaje aprovechando pozas y charcas naturales, de forme que el agua se acumule allí en lugar de en otros lugares desaconsejables por cuestiones de salubridad.

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