Youssou N´Dour estrena nacionalmente en el festival La Mar de Músicas de Cartagena su homenaje a Bob Marley, Dakar Kingston

La programación del jueves 15 se completa con Quantic & his Combo Bárbaro

El senegalés más universal llega con disco nuevo 'Dakar-Kingston'. Grabado en Jamaica en el mítico estudio Tuff Gong, con producción de Tyrone Downie (teclista histórico de los Wailers), es el disco que nadie esperaba de Youssou N´Dour aunque Marley haya sido siempre un modelo (como estrella planetaria de un país del Tercer Mundo) para el senegalés. Youssou ha vuelto a grabar algunas de sus canciones (a las que quería darles una segunda vida) a ritmo de reggae y confesó hace unas semanas en la televisión francesa que uno de sus sueños sería actuar en la capital de la isla de Jamaica. Dakar Kingston se estrenará nacionalmente en La Mar de Músicas mañana jueves 15 de julio a las 22:30 horas en el Auditorio Parque Torres. Las entradas cuestan 18 euros.

En cada oportunidad en la que se ha presentado en La Mar de Músicas, en compañía de sus fieles escuderos de la Super Etoile de Dakar, Youssou N´dour ha enloquecido a sus compatriotas y asombrado a quienes escuchaban por primera vez en directo esa voz escalofriante, 'de plata líquida' como la definió Peter Gabriel.

El principito de la medina –así se le conocía en Dakar cuando empezó a cantar con 12 años- se ha convertido en uno de los personajes más populares y queridos de África. La revista Time le eligió entre las 100 personalidades más influyentes. Un ejemplo para todos esos jóvenes senegaleses que sueñan con escapar de su triste realidad arriesgando la vida en una patera. Fue uno de los primeros músicos africanos que decidió invertir sus ganancias en su país con el fin de crear empleo. Ahora tiene en Dakar una radio (Futurs Médias), un estudio de grabación (Xippi), una compañía de discos (Jololi), un club nocturno (Thiossane), un periódico (L´Observateur) y una red de acceso a Internet para los menos pudientes (Joko). Casi doscientas personas trabajan para él. Una parte de sus beneficios van a la Fundación Youssou N´Dour, que lucha contra la malaria y trabaja con fundaciones como la de los Gates.

Aunque ha colaborado con Peter Gabriel, Sting, Tracy Chapman, Paul Simon o Wycleaf Jean, para muchos será siempre quien cantaba a dúo con Neneh Cherry 'Seven Seconds' a mediados de los noventa. Asistió con Bono a una reunión del G-8, en la que habló con Bush y Putin sobre cooperación, y se siente embajador de esa África emprendedora que no se muestra, o no suficientemente, en los medios de comunicación de Occidente.

y película ('I bring what I love'). Durante dos años la realizadora Elizabeth Chai Vasarhelyi –con 24 años ganó el premio a la mejor dirección en el Tribeca Film Festival por su documental 'A Normal Life'- le siguió por el mundo con sus cámaras. Fue a raiz de que Youssou N´Dour grabara en El Cairo con la orquesta de Fathy Salama el que probablemente haya sido su proyecto discográfico más ambicioso y polémico: 'Egypt', un canto a la tolerancia del islam senegalés y el encuentro musical entre África negra y Oriente Medio. En su memoria estaban los cantos de Om Kalsuum que le emocionaban de niño cuando su padre sintonizaba en la radio los conciertos de la diva. Con letras árabes doradas sobre una portada blanca, 'Egypt' rechaza la idea de islam igual a fanatismo. La de una religión feroz que empuja a las personas a matar y a suicidarse. "Siempre es una minoría la que utiliza la religión, cualquier religión, para sus planes extremistas". Pero Youssou tiene la impresión de que la gente en Occidente se siente amenazada por el Islam porque los medios de comunicación no dejan de presentar ese aspecto amenazante.

Quantic & his Combo Bárbaro, en la plaza del Ayuntamiento

Quantic es el nombre que ha adoptado el británico Will Holland, productor, dj, guitarrista y acordeonista veinteañero que lidera el Combo Bárbaro (también se le ha podido ver con los nombres de Limp Twins, Quantic Soul Orchestra y Quantic presenta Flowering Inferno). Holland se largó hace tres años a Cali para cumplir su sueño de experimentar con la música tropical. Lejos del Reino Unido. El primer viaje a Colombia lo había hecho en busca de viejos discos de cumbia y de salsa, tesoros del pasado con los que llenar sus sesiones como pinchadiscos. En una entrevista radiofónica intentó definir lo que está haciendo como "una sinfonía musical de soul estadounidense, música africana, suramericana, caribeña, gusto inglés y sabor de jazz y otros géneros todo en uno. Como una salchicha en la que todo está amasado junto y sale algo nuevo y sabroso".

Quantic y su Combo Bárbaro ya han descargado con éxito en lugares como el mítico Roundhouse de Londres. Con las canciones de su excelente 'Tradition in transition', un disco que navega entre ritmos colombianos, arreglos de cuerdas brasileños –a cargo de Arthur Verocai- y voces panameñas: temas como 'Linda morena', 'Un canto a mi tierra' o 'Dreaming mind', con el que suelen comenzar sus actuaciones, y que simultanean con versiones de clásicos del r&b como 'Hit the road Jack'. A Will Holland (o Quantic) le acompañan el cantante panameño Kabir, la cantante colombiana Nidia Góngora –de la que dijo uno de sus admiradores que parecía salir de los brazos de Rhett Butler en 'Lo que el viento se llevó'-, el pianista peruano de salsa Alfredo Linares, el conguero caleño Freddy Colorado o el que sería su mano derecha, el batería Malcolm Catto (de Heliocentrics). Dijo Gilles Peterson, al radiar 'Tradition in transition' en su programa de la BBC, que Quantic está en el primer plano de un nuevo sonido global.

La MAR DE CINE

PERRO COME PERRO

Dirección: Carlos Moreno. Guión: Carlos Moreno y Alonso Torres. Año: 2008. País: Colombia. Duración: 106 minutos. Producción: Diego F. Ramírez. Fotografía: Juan Carlos Gil. Música: Sultana.Montaje: Carlos Moreno, Felipe Guerrero, Santiago Palau. Interpretación: Álvaro Rodríguez, Marlon Moreno, Andrés Parra, Blas Jaramillo, Oscar Borda

Sinopsis:

Vengar la muerte de William Medina y la prisa por recuperar unos dólares perdidos, son el pretexto inicial que une a los protagonistas de este relato, quienes tienen que someterse a las órdenes de ¨El Orejón¨, un poderoso empresario devoto de la brujería, deseoso de vengar la muerte de su ahijado y obsesionado por encontrar su dinero. Sin conocerse, Peñaranda y Benítez son contratados para un confuso operativo del que tienen pocos detalles. Comparten la habitación de un céntrico hotel, donde deben permanecer atentos y a la espera de instrucciones telefónicas.

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