La Comunidad va a iniciar el expediente para declarar BIC la capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Cofradía Marraja

El presidente de la Comunidad asiste en la iglesia de Santo Domingo de Cartagena al acto de reapertura de esta capilla tras finalizar la restauración del retablo

El presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, asistió hoy en la iglesia de Santo Domingo de Cartagena al acto de reapertura de la capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Cofradía Marraja, que será declarada Bien de Interés Cultural (BIC) por parte de la Comunidad Autónoma, para lo cual va a iniciar el expediente, y obtendrá así el máximo grado de protección.

La reapertura de la capilla marraja se produce tras finalizar la restauración del retablo, una actuación a la que la Comunidad ha destinado 40.000 euros, con un "resultado magnífico", dijo el presidente, quien subrayó que "Cartagena es una ciudad con una sensibilidad especial en cuanto a la recuperación del patrimonio".

Del patrimonio destaca la imagen titular de la cofradía realizada por José Capuz y este retablo barroco de madera policromada del siglo XVIII, que es el de mayor valor de los que se conservan en Cartagena, donde casi la totalidad del interior de los templos fueron destruidos durante la Guerra Civil.

La construcción del retablo que preside la capilla marraja finalizó en 1731 y se realizó en torno a un camarín central en el que se sitúa la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno (José Capuz, 1945). En él destaca la ausencia de columnas y la presencia de cuatro hornacinas. No se conoce su autor, aunque se han encontrado similitudes con la obra realizada por Nicolás de Rueda.

En la parte superior se pueden ver tres pinturas que representan un Calvario, la Crucifixión y el Descendimiento. Las obras han sido atribuidas a Manuel Sánchez (1691-1767), aunque recientemente se ha cuestionado que respondan a una única autoría.

Tanto el retablo como la capilla, adquirida por la cofradía a mediados del siglo XVIII y ampliada en el XVIII, tuvieron que ser restaurados a raíz del desprendimiento de una de las cuatro pechinas ocurrido en noviembre de 2014. Un análisis posterior descubrió serios daños estructurales que ponían en riesgo la integridad de la capilla y la propia cofradía marraja hizo frente al coste de la reparación.

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