Gregorio Saura recibió el homenaje de la familia procesionista en el Palacio Consistorial

Gregorio Saura Vilar recibió anoche el Premio Procesionista del Año 2016, en un acto presidido por el alcalde, José López, que tuvo lugar en el Vestíbulo del Palacio Consistorial.

Gregorio Saura, de 66 años, inició con 14 su andadura en la Semana Santa cartagenera como penitente en la Agrupación de la Agonía, de la que llegó a ser presidente durante 16 años, y que compatibilizó también con el de primer comisario general de la Cofradía Marraja.

Entre los asistentes al acto se encontraba la consejera de Cultura, Noelia Arroyo, y la vicealcaldesa, Ana Belén Castejón, junto a otras autoridades civiles y militares.

El vicepresidente del Premio Procesionista del Año, Pedro Negroles, fue el encargado de glosar la figura del homenajeado, a quién califico como un un procesionista ejemplar y perfecto, destacando su labor en la cofradía marraja y su colaboración en otras asociaciones de carácter asistencial y benéfico.

El presidente del premio Santiago Díaz Izquierdo, en su habitual intervención dijo de Gregorio Saura que era un hombre grande, bueno y sencillo, lo que le hacía sentirse humilde.

Luego fue el turno de Saura quien reconoció como único mérito el haber ejercido sus derechos y cumplir sus obligaciones como hermano de patente de la Cofradía Marraja y rememoró sus comienzos en la Cofradía Marraja. muy unida a la tradición familiar.

En el acto el alcalde, José López, recibió la insignia de oro de la asociación, como presidente de honor, y se nombraron procesionistas de honor, el pregonero y la nazarena mayor de este año, Joaquín Ortega y Francisca Bueno. Y además, como es habitual se entregaron al procesionista numerosos obsequios de cofradías e instituciones.

Antes de escucharse el Himno a Cartagena, el alcalde, José López, cerró el acto significando lo difícil que era explicar a los visitantes lo que es la Semana Santa de Cartagena, que sólo llega a comprenderse viviéndola, sintiéndola  y experimentándola desde niño o en la tradición familiar. Y dió las gracias a Gregorio Saura por haberla sentido así y haber seguido el ejemplo de sus mayores, para que siga ese sentimiento vivo en la generaciones futuras.

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